iraxdios
#eye #eye


iraxxxdios^maricón

Bienvenidas a mi caos ordenado, a mi caos no jerárquico. Un proyecto basado en la revisión crítica de los materiales, de los programas domésticos, buscando partir de paradigmas diferentes para encontrar soluciones y realidades diferentes. Un proyecto basado en la eliminación de las dicotomías: ni duro ni blando, ni rígido ni flexible, ni dentro ni fuera. Un proyecto basado en elementos periféricos que construyen el todo.
Desde la revisión crítica de materiales, buscamos uniones no machihembradas, no penetratorias, otros materiales que se relacionen de forma diferente con nuestra dermis. Desde la revisión crítica del programa, buscamos conciliar la dicotomía no resuelta entre comunitario e indivual. Desde el Falansterio de Fourier, la corrala madrileña, el piso de estudiante con la cocina asquerosa hasta el chalet de la Moraleja.
Desde la búsqueda de la autoexploración, una arquitectura tecnologizada que nos permita observarnos desde todos aquellos puntos ciegos. En la época de las selfies autoexploratorias de nuestros desnudos con diversos fines, en la época de nuestro perfil bueno, del malo, del regular, del inesperado, de las poses estudiadas para Instagram, de este maquillaje no polvificado, todavía existen partes de nuestro cuerpo no exploradas por decoro: vaginas, anos, culos y demás elementos denostados han de ser lucidos para romper nuestra antigua privacidad. Esta sección, vista desde el principio, la considero, junto a los instagrams de Samantha Hudson, primera ministra de la República de lo Feo, La Zowi Puta o FecalMatters como lo extraño, documentos esenciales para saltar al imaginario del proyecto. Una sección con un “forjado” de látex relleno de lana de oveja y geles que nos permiten aislamiento térmico, pero sobre todo, un nuevo contacto de nuestra piel con el suelo, una nueva relación blanda con éste. De él, prótesis capilares de cámaras que nos permiten grabarnos, explorarnos… Una envolvente: una envolvente estructural resistentemente frágil o una fortaleza blanda, cartilaginosa, trenzada, cosida, conectando culturalmente con lo periférico, con las mujeres viejas y olvidadas……




Saltamos al plano de situación, a la dura realidad dura (en negro lo muy duro). Buscamos en esta tejer un conjunto de itinerarios acolchados, o más bien, pusilánimes y tiernos frente a la ciudad del éxito y la testosterona. Bazares, peluquerías Manoli o Paqui, fruterías Manolo, peluquerías caninas, uñas Walkiria, pelucas RuPaul, Mercados, zonas de paseo de perros y perras, putas, papelerías… Nunca entran en contacto con el eje principal dominante, La Castellana. No estarán en nuestros contactos las 4 torres. Pero las maravillas de Madriz, es que conviven a escasos metros, un pueblito llamado Tetuán, la otra parcela rara, Chamartín y La Castellana con sus 4 dioses todopoderosos. Pero incluso dentro de esa dureza, aparecen fantasías empáticas, como el edificio de Higueras, en el que pensaba que su fachada podía ser peluda a través de unas jardineras experimentales con moldes de plástico, para una comunidad de jueces. En la cubierta, una fantástica piscinas circular comunitaria… El proyecto que plantea Corrales y Molezun para las bóvedas de Charmartín, un sistema arquitectónico similar al planteado. Con ellas , buscamos tejer alianzas sintéticas, que luchen contra los edificios del desarrollismo.

Bueno, y tachan! Llegamos a la parcela. Para poder adentrarnos, comenzaremos por el esquema y por la leyenda. En un primer momento y tras muchas discusiones, se llegó a esta planta. No se establece un perímetro claro, es difuso, ambiguo. Aparecen dos grandes blandiblus a modo de “viviendas”, un jardín con salones privados aromatizados., unos caminos sin fin, una verbena comunitario a modo de cocina. Encima de ésta, se encuentra la leyenda que no hemos de perder de vista. Importante destacar que se han respetado los árboles existentes y los caminos no funcionales.

Con respecto al perímetro exterior, se plantea una línea difusa que amplíe el perímetro de lo público, unas zonas afectivas de estancia, encuentro, botellones, fiestas varias, dimensionadas desde pequeños saloncitos a encuentro más grandes. ¿Para quién? Creo que es importante no olvidar a las putas, nuestra policía privada que aporta seguridad a nuestrxs vecinxs, y que buscan lugares de encuentro, o a los homeless. Porque probablemente, para el escalafón de la sociedad, haya algo peor que ser negro, trans, marika y pobre, que es ser puta trans negra o homeless.

Es pues que con este mismo sistema, el de los blandiblus y los textiles, aparece uno nuevo que ya he utilizado en ocasiones anteriores, las instalaciones: tuberías que emitan calor o frío a una masa que adquiera estas propiedades térmicas y estructurales. De esta forma, conseguimos que el blandiblu adquiera formas que no puede a priori, encontrando así un homeless, una madriguera calefactada en un salón en el que poder convivir con su carrito y su perro. El otro perímetro, planteados como esa fortaleza blanda para putas, ampliación de lo público etc. Destacar que se han eliminado los postes existentes en la parcela original.

Este perímetro nos conduce a un conjunto de bajadas absurdas, en el que se multiplica por 30 los metros necesarios para la subida. Lugares en los que perder el tiempo, lugares y no sitios, que buscan atraparte. Concretamente, acotado se encuentran esta curva, en la que funciona a modo de panza, expandiéndose para intentar atraparte, frente a las subidas, estrechas, casi necesario rozarte con “el otro”, evitando tu parada o tentaciones de caer en el atajo. Aparecen estos tentáculos, como asientos tecnologizados que nos ayude a esa parada, a parar y leer, a parar y subir un selfie a insta…


Dejando atrás este perímetro y bajadas, aparece otro en la esquina suroeste, la primera “vivienda tejida”, cuyas entradas se encuentran en el interior de la parcela y se imaginan tal como se dibuja aquí [ver panel]. Nacen de la adaptación topográfica, de las tangencias con las curvas de nivel. En un corte de esta vivienda por su zona estrecha [ver panel], se puede ver como el blandiblú aplasta a esta cubierta cartilaginosa, aumentando su estabilidad. Para ello, se ha calculado ésta, tanto sus solicitaciones como sus deformaciones, con un material creado sistéticamente, con características similares al tendón humano (módulos de Young, modulo cortante, límite elástico y peso específico). De esta forma, obtenemos esta distribución de esfuerzos (utilización material al 3% de su límite), sus deformaciones (medio metro en solicitación máxima). Todo ello en el deseo de conseguir y garantizar un detalle estructural blando. Aparecen aquí también las cápsulas de privacidad del proyecto, lugares en los que envadirse de esa locura comunitaria. Una estructura deformable, igual en sistema que la general, pero cuyos huecos son pequeños lugares de almacenaje. En los dibujos vemos una propuesta de distribución.

Continuando, se propone que este edificio pueda albergar unos tensores que lo estabilicen frente a solicitaciones exteriores, al igual que un tensor interior que se convierta en cama, llevando hasta las últimas consecuencias la reinterpretación programa y estructura. Se propone que este material pueda albergar un conjunto de pelos, que aparte de su cuestión formal, permitan crear un microclima interior con ocurre en las plantas. Los blandiblus comienzan a albergar tuberías, instalaciones eléctricas en su interior, creando así una piel tecnologizada cyborg. Seguimos caminando, [cambio sección orientación], tuberías que envuelven espacio al aire libre para calefactarlos…. Que nos desemboca en el espacio del comedor, cocina, cultivo: se proponen espacios de estar, de comer tumbados a lo romano, sombreros como espacios cubiertos, como espacios comedor, como espacios en los que cocinar, con un diámetro mínimo de 5 metros para garantizar su funcionalidad (1,2 metros interior, 1,2 [0.6+0.6] módulos cocina, 2,4 metros estancia). El detalle del suelo, en el que le he puesto mucho cariño, deriva de una necesidad en las cuestiones funcionales de la cocina, lleva a instalar un suelo en el que se establece un diálogo entre pasado (chapa de metal, utilizadas en las chabolas que había en la parcela), típicos azulejos madrileños, muelles o cortes en los que nace la vegetación rebelde. Este suelo entra en contacto directo, con la zona de cultivo, que se extiende hacia el norte de la parcela: zonas en las que se plantea el cultivo de comida, pero que, sobretodo, en su forma de estrella, cierren la entrada al salón comunitario propuesto en el centro, generando así zonas íntimas comunitarias en las que compartir [ver cotas, zona entrada, 8cm]. Todo ello representado en sección [ver sección]. Generando ambigüedad en la propia decisión de entrar.

De nuevo, entra en contacto, se conectan con el jardín. Este jardín busca establecer salones con diferentes plantas (aquí dibujadas) que generen diferentes tipos de aromas en función de cuál es cuál, con diferentes alcances (representados en rosa y acotados en leyenda). Todas las plantas estudiadas son bisexuales o hermafroditas. Los caminos se construyen por ausencia de árboles, existiendo 3 tipos  de éstos con 3 tipos de troncos y 3 tipos copas diferentes (en leyenda se establecen radios máximos y mínimos). La importancia de establecer 3 tipos de arboles, es que, según sus diferentes alturas, se establecen diferentes líneas de privacidad o visión que nos permiten un mayor o menor voyerismo. Además, en el dibujo en planta, se puede observar en verde los árboles perennes y en ocre los árboles caducos, por lo que el voyerismo se le añade un factor tiempo en función del follaje de las árboles. Quedan en verde representadas, las visuales de espionaje planteadas entre diferentes puntos.

Terminando la parcela por el este, las tuberías estructurales que aprovechan el calor residual del metro de Chamartín (alianza sintética), pueden sostener unos depósitos a modo de capullos en la zona de encuentro con el muro de piedra existente en la parcela, que se desea que sea perforado para encontrar, de nuevo, diferentes puntos de encuentros entre el parking y esta zona ambigua, planteándose como un residuo dentro del residuo con diferentes actuaciones como las que se ve en imagen.

Por último, y no menos importante, otro gran blandiblu a modo de vivienda, en el que, se ha emprendido un especial cariño en algunos elementos de la planta como el patio, o algunos tentáculos. En concreto, este salón como los pabellones que el rey mandaba a construir para sus encuentros extramatrimoniales versallenses, o, en concreto, este patio, que permite la disposición sistemática del tejido abovedado a lo largo de este blandiblu, son lugares en los que se ha medido los detalles para que los cuerpos desnudos se rocen, para que haya hundimientos de autoexploración y montañas para el exhibicionismo, para que haya depósitos blandos de agua, retretes reinterpretados, entradas a modo de tobogán, o vegetación, como la victoria amazónica [ver sección]. Colindando por el norte, aparece otro bichito textil, en el que se piensan que las tuberías que se calientan por el calor residual del metro puedan ser “tejidas”, con escapes de vapor para generar, una sauna que además pueda ser aprovechado por los sintecho como lugares de aseo.

Terminar por donde empecé, con la imagen final de cómo me imagino el proyecto, este fantástico edificio en  las Lomas de Chamartín.