punkvellón
exploraciones constructivas desprejuiciadas
Arquitectura afectiva, fea y autodegradante como dispositivo crítico pos-digital
iraxxxdios para Architectural International Research Group Laboratory of Cities -AIRLAB-
Colaboradores: Gonzalo Asensio Artabe (fotografía), Carmen García Martínez, Marta Aguirre Castanedo
Punkvellón, un prototipo arquitectónico
de vello punk que no pretende ser bello. Que subvierte la normatividad estética y técnica dominante mediante el uso deliberado de materiales inestables, uniones blandas y lógicas de montaje afectivo. A partir de una cimentación no invasiva de poliuretano expandido, la pieza erige una estructura “chorreante” capaz de capturar objetos emocionales, ornamentarse estructural y exhibir, al mismo tiempo, la lectura de sus ejes de compresión y tracción. Varillas de fibra de vidrio torsionadas introducen grados de libertad mecánica, mientras que uniones textiles peludas sustituyen las pletinas metálicas convencionales, introduciendo una dimensión táctil y disidente. La envolvente, la traslación digital de lo viscoso a lo físico, —un biomaterial biodegradable— se degrada visiblemente, problematizando los relatos hegemónicos de belleza, permanencia y pureza geométrica. Punkvellón se propone como caso de estudio para una “arquitectura afectiva inestable”, donde la fragilidad, la materia en tránsito y la estética de lo feo operan como tecnologías críticas de diseño.
Los discursos arquitectónicos contemporáneos continúan privilegiando la durabilidad, la precisión formal y la eficiencia performativa. Frente a esta inercia, Punkvellón ensaya otra genealogía: la del error productivo, la impermanencia y el afecto matérico. Siguiendo marcos teórico-críticos ligados al “realismo doméstico” (Hester, 2018), la fragilidad queer (Preciado, 2013) y la estética de la deconstrucción post-digital (Carpo, 2021), el proyecto interroga qué sucede cuando se prioriza lo blando, lo poroso y lo feo como categorías performativas.
Los discursos arquitectónicos contemporáneos continúan privilegiando la durabilidad, la precisión formal y la eficiencia performativa. Frente a esta inercia, Punkvellón ensaya otra genealogía: la del error productivo, la impermanencia y el afecto matérico. Siguiendo marcos teórico-críticos ligados al “realismo doméstico” (Hester, 2018), la fragilidad queer (Preciado, 2013) y la estética de la deconstrucción post-digital (Carpo, 2021), el proyecto interroga qué sucede cuando se prioriza lo blando, lo poroso y lo feo como categorías performativas.